Religión
El número del hombre
Orlando Fedeli
¡Cuántas interpretaciones no se dieron ya al famoso número de la bestia del Apocalipsis! Interpretaciones ingenuas algunas, arbitrarias otras. Muchas con enrevesados cálculos “cabalísticos” transpirando charlatanería!
Lo que vamos a exponer no pretende ser la interpretación verdadera o definitiva, sino sólo una explicación interesante hecha, hace muchos años, por un físico, amigo nuestro, la cual tiene por lo menos el mérito de hacer patente lo ridículo de tantas exégesis tontas.
La cuestión del valor simbólico de los números en la Sagrada Escritura es muy delicada . Es indiscutible que Dios - que hizo todo con medida, peso y número - usa muchas veces los números para enseñarnos verdades profundas. El decir que el número de la bestia es el número del hombre, y que este número es fácil de calcular es una prueba de esto.
Aunque los números usados en la Sagrada Escritura tengan, de hecho, un significado simbólico objetivo, es muy fácil, basandose en esto, resbalar hacia una interpretación subjetiva e imaginativa, y de ahí caer en los abismos del pitagorismo y de la numerología esotérica.
A pesar de estos peligros - contra los cuales queremos prevenir al lector -, y sin pretensión mayor que mostrar el ridículo de ciertas exégesis descabelladas del número 666, exponemos lo que nos enseñó, hace tantos años, nuestro amigo el despretensioso físico .
Nos decía él - que era gran lector de los Padres antiguos, tanto griegos como latinos - que para entrever algo del real significado del número 666 es necesario tener en cuenta el significado fundamental de los números en la Escritura.
Entonces nos explicaba que el número uno simboliza a Dios, porque sólo Dios es absolutamente uno y absolutamente simple (Acto puro, su esencia es el existir). Con esto, evitaba la explicación pitagorizante de que uno representaba a Dios por ser el principio de la numeración. Lo que podría llevar a la falsa idea de que, así como toda la numeración parte del uno, así también las criaturas habrían salido de Dios. Lo que es una afirmación con manchas de panteísmo.
El número dos representaría a la criatura, que es siempre compuesta de acto y potencia, esencia y existencia, substancia y accidente.
El tres simboliza el orden espiritual, ya que Dios, puro espíritu, es Trino por sus Personas. Los ángeles, seres espirituales, están jerarquizados en tres ordenes, cada uno con tres coros. El primer orden, que contempla las finalidades de Dios, engloba los coros de los Serafines, Querubines y Tronos; el segundo orden, que comprende los medios a utilizar para alcanzar los fines deseados por Dios, es formado por las Virtudes, Dominaciones y Potestades; finalmente el tercer orden de los seres angélicos es formado por Principados, Arcángeles y Angeles, que ejecutan lo que los ordenes superiores les muestran que debe ser hecho.
También el alma humana tiene tres potencias: inteligencia, voluntad y sensibilidad. Y el silogismo está constituido por tres sentencias.
El cuatro por sí, a su vez, representa el orden material, pues que todo orden material es siempre proporcionado, y la proporción es constituida por cuatro elementos: a/b = c/d. También en el espacio material se distinguen cuatro direcciones o puntos cardenales (norte, sur, este y oeste), y, en el tiempo, el año está dividido en cuatro estaciones. Finalmente, los antiguos distinguían cuatro elementos en la esfera material: tierra, agua, aire y fuego.
Conforme a los antiguos autores, esos cuatro primeros números eran los fundamentales, que, sumados, dan el total diez, número de los mandamientos de da ley. Por eso, decían, los diez mandamientos del Dios que es uno fueron dados a la criatura humana (dos), para que tenga orden espiritual (tres) y material (cuatro).
El número seis es el primero cuyos componentes primos sumados o multiplicados entre sí dan siempre seis como resultado: 1 + 2 + 3 = 6; 1 x 2 x 3 = 6.
Por esto, el seis es llamado perfecto en las partes. Ahora bien, Dios hizo el mundo en seis días y a cada cosa que creaba, El veía que la cosa era perfecta. La Creación hecha en seis días, es perfecta en sus partes, tal como el número seis.
El número siete - es bien sabido - significa totalidad. En efecto, cuando los Apóstoles preguntaron cuántas veces debían perdonar al ofensor, Cristo les respondió que debían hacerlo 70 x 7 veces, para significar siempre, todas las veces. El siete simboliza totalidad porque es compuesto de 3 + 4, significando pues orden total; espiritual (3) y material (4). Por esto, este número corresponde bien a Cristo, Dios y Hombre, que contiene todo orden, divino y humano. No es sin razón entonces que el Apocalipsis presenta a Cristo como “aquel que tiene los siete espíritus de Dios” (Apoc.,) y que camina entre los siete candelabros ( ).
El número siete corresponde a muchos totales. Siete son los sacramentos, siendo que tres imprimen carácter (Bautismo, Confirmación y Orden) y cuatro no. Siete son las virtudes, siendo que tres son teologales (Fe, Esperanza y Caridad) y cuatro son cardenales. Siete son los dones del Espíritu Santo y siete son los vicios capitales. Siete son los colores, siendo que tres son fundamentales y cuatro resultan de la combinación de ellos. Siete son las notas de la escala, y tres de ellas forman un armónico. Siete eran las materias de la escuela medieval, divididas en: Trivium (lógica, gramática y retórica) y Quadrivium (aritmética, geometría, música y astronomía), siendo que el Trivium era formado por las ciencias que rigen la formación y manifestación del pensamiento y el Quadrivium estudiaba las criaturas bajo el ángulo matemático. El número siete puede ser formado con 6 + 1 = 7, y entonces significa la perfección en las partes con Dios.
En sentido opuesto, el 7 menos 1 resulta 6, y entonces el 6 resulta del orden total sin Dios. Ahora, la pretensión del orden total sin Dios es el sueño del naturalismo. Lo que es una gran falsedad, ya que “sin Dios nada podemos hacer” ( ).
Así, el seis significa lo falso, y de ahí 666 representaría lo tres veces falso; 666 sería la suprema falsedad. Y así como de Dios se dice: Santo, Santo, Santo, del anti-Cristo se podrá decir: falso, falso, falso. El Apocalipsis dice que ese número será marcado en la frente y en la mano de los seguidores del anti-Cristo, y que, sin esa marca, nadie podrá comprar o vender. Tener la marca de la bestia en la frente y en la mano significa, muy probablemente, tener las ideas del anti-Cristo y practicar sus obras. No quiere decir que tendrán el número materialmente escrito en la frente y en la mano.
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Esa ingeniosa explicación - se nom vera, bene trovata - de un físico sin veleidad de ser exégeta, tiene, nos parece, algo de verdadero aunque no pueda ser presentada como la solución del misterio del número del hombre. Que es fácil de calcular, según el Apocalipsis. Fácil para quien tuviera sabiduría. Difícil para nosotros, que ni somos exégetas y ni siquiera físicos, sino simples fieles.
Para citar este texto:
"El número del hombre"
MONTFORT Associação Cultural
http://www.montfort.org.br/esp/veritas/religiao/numero/
Online, 22/12/2024 às 21:22:05h