Por disposición del Papa Benedicto XVI, José Luis Sánchez del Río será beatificado junto con otros 12 mártires de Guadalajara, asesinados por odio a la fe durante el régimen de Plutarco Elías Calles, en las primeras décadas del siglo XX.

José Luis nació en Sahuayo, Michoacán, el 28 de marzo de 1913 y murió el 10 de febrero de 1928, cuando fue martirizado por defender su fe.

Su martirio fue presenciado por dos amigos cercanos, dos niños de siete y nueve años. Uno de ellos, el P. Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, narra en su libro “Mi vida es Cristo” que José Luis fue “capturado por las fuerzas del gobierno” quienes le pidieron que “renegara de su fe en Cristo, so pena de muerte. José no aceptó la apostasía”.

“Entonces le cortaron la piel de las plantas de los pies y le obligaron a caminar por el pueblo, rumbo al cementerio, –narra el sacerdote– él lloraba y gemía de dolor, pero no cedía. De vez en cuando se detenían y decía: ‘si gritas ‘muera Cristo Rey’ te perdonamos la vida. Di ‘muera Cristo Rey’. Pero él respondía: ‘Viva Cristo Rey’”. Finalmente, José Luis murió gritando “Viva Cristo Rey” mientras los asesinos le disparaban.

Asimismo, el fundador de la Confraternidad Sacerdotal de los Operarios del Reino de Cristo, P. Enrique Amescua Medina, recuerda que mientras acompañaba al beato en el martirio, éste le pidió que se retirara diciéndole “Tú harás cosas que yo no podré llegar a hacer”.