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¿Dónde están los buenos y piadosos sacerdotes?
PERGUNTA
Nome:
Claudio Dos Santos
Enviada em:
24/01/2006
Local:
Jundiaí - SP, Brasil
Ave Maria, gratia plena. Sancta Maria, Mater Dei!
Profesor Orlando Fedeli,
Profesor Orlando Fedeli,
Soy lector del sitio Montfort y acompaño algo de lo que se debate en el sitio, he leído algunos trabajos y artículos.
Voy directo al grano, mi pregunta es algo que “retumba” en mí.
¿Cuales son los buenos sacerdotes en nuestros días? ¿Dónde puedo encontrarlos? ¿Para Usted, o para la Montfort, aún existen buenos sacerdotes? ¿Dónde puedo encontrar buenos sacerdotes en el clero de nuestros días?
Me gustaría tener referencias profesor, pues me siento muy perdido.
Sé que existen muchos sacerdotes “de los medios de comunicación” que enseñan modernismo todo el tiempo, así profesor, para dónde debo mirar en esos tiempos tan difíciles?
Le hago esa pregunta pues creo que Dios le dio una fracción de sabiduría y aprendí que debemos oír a las personas más viejas y sabias.
Reciba mis votos de paz y justicia que solo el Cristo Rey puede concedernos.
RESPOSTA
¿Cuales son los buenos sacerdotes en nuestros días? ¿Dónde puedo encontrarlos?
Seguro que existen buenos sacerdotes. Dios no puede dejar la Iglesia sin los buenos sacerdotes.
Pero no los busques en los “medios”, tocando guitarra o en debates en mesas redondas diplomáticas. Los “medios” no soportan los buenos sacerdotes que usan el lenguaje que Nuestro Señor nos ordenó “!Sí, Sí; no, no!”.
No los busques bronceándose en las playas o bailando en forrós. Los buenos sacerdotes no frecuentan eses lugares mundanos.
No los busques entre los autores, en librerías llamadas de católicas, pues allá solamente se publican las obras de curas modernistas. Los buenos sacerdotes están en Adoración al Santísimo, de rodillas promoviendo Horas Santas.
No los busques enseñando en las Facultades de Teología que hoy se multiplican. En ellas solo pueden enseñar los curas que estén comprometidos con la herejía modernista. Los buenos curas hablan muy sencillamente y no se exhiben con experiencias carismáticas, crisis existenciales, kenosis, dialéctica o praxis. Los buenos curas hablan de la cruz de Nuestro Señor Jesús Cristo.
No busques a los buenos sacerdotes entre los que profanan la Misa cuando bailan y se bambolean y invitan el pueblo a hacer lo mismo en el momento de la Comunión. Los buenos curas rezan, no se bambolean.
No los busques entre los curas joviales y bellos, que usan pendientes -- “discretos” -- en las orejas, que se creen muchachos y usan jerga, en grupos de jóvenes con piercings y muchachas devotamente escotadas y de minifalda. Los buenos sacerdotes no se esfuerzan para que parezcan simpáticos y condenan las modas que ofenden a Nuestro Señor, como dijo Nuestra Señora en Fátima.
No busques a los buenos sacerdotes entre los que hacen sermones superficiales e ignorantes. Los buenos curas hablan poco. Hablan del cielo, rezan mucho y estudian, sobretodo rezan.
No busques a los buenos curas entre los modernos y adaptados al mundo, que organizan el baile y el carnaval de la parroquia. Los buenos curas son amantes de la cruz, penitentes y huyen de las diversiones mundanas.
No los busques entre los que aparecen y son nombrados para cuidar de las parroquias ricas y centrales. Los buenos curas están alejados en parroquias pobres y lejanas.
No los busques entre los famosos y prestigiados. Los buenos curas son odiados u olvidados por el mundo.
No busques a los buenos curas entre los que se visten como janotas, que tienen un buen coche y secretarias. Los buenos curas caminan a pie -- de modo evangélico -- usan apenas vestimenta negra y no tienen secretarias o mujeres “gerentes” de la iglesia.
No busques a los buenos curas entre aquellos que hacen campañas vistosas y filantrópicas. Búscalos entre los que rezan el rosario, sea en sus capillas pobres o caminando por las calles y que hacen caridad sin que necesiten altoparlantes.
Es muy difícil hoy, hallar un buen cura.
Por eso el pueblo está tan alejado de Dios.
Dice la sabiduría popular: Cura santo, pueblo piadoso. Cura piadoso, buen pueblo. Cura bueno, pueblo aceptable. Cura aceptable, pueblo tibio. Cura tibio, pueblo malo. Cura malo, pueblo corrupto. Cura corrupto, pueblo pésimo.
Mismo el pésimo Diógenes enseño algo útil: caminaba por las calles de Atenas con una vela encendida en las manos, al mediodía, buscando a un hombre. Hoy debemos caminar con una vela encendida en una de las manos y un rosario en la otra, buscando un buen cura.
Hoy, debemos caminar con un rosario en la mano pidiéndole a Dios que nos conceda santos sacerdotes.
Recemos por el clero. Recemos mucho por nuestro pobre clero. Que es clero. Que es, a pesar de todo, hecho de sacerdotes de Cristo, marcados con el sello sacerdotal en sus almas.
Recemos por el clero.
Muy estimado Carlos,
Salve Maria!
Me hiciste una pregunta de difícil contestación:
¿Cuales son los buenos sacerdotes en nuestros días? ¿Dónde puedo encontrarlos?
Seguro que existen buenos sacerdotes. Dios no puede dejar la Iglesia sin los buenos sacerdotes.
Pero no los busques en los “medios”, tocando guitarra o en debates en mesas redondas diplomáticas. Los “medios” no soportan los buenos sacerdotes que usan el lenguaje que Nuestro Señor nos ordenó “!Sí, Sí; no, no!”.
No los busques bronceándose en las playas o bailando en forrós. Los buenos sacerdotes no frecuentan eses lugares mundanos.
No los busques entre los autores, en librerías llamadas de católicas, pues allá solamente se publican las obras de curas modernistas. Los buenos sacerdotes están en Adoración al Santísimo, de rodillas promoviendo Horas Santas.
No los busques enseñando en las Facultades de Teología que hoy se multiplican. En ellas solo pueden enseñar los curas que estén comprometidos con la herejía modernista. Los buenos curas hablan muy sencillamente y no se exhiben con experiencias carismáticas, crisis existenciales, kenosis, dialéctica o praxis. Los buenos curas hablan de la cruz de Nuestro Señor Jesús Cristo.
No busques a los buenos sacerdotes entre los que profanan la Misa cuando bailan y se bambolean y invitan el pueblo a hacer lo mismo en el momento de la Comunión. Los buenos curas rezan, no se bambolean.
No los busques entre los curas joviales y bellos, que usan pendientes -- “discretos” -- en las orejas, que se creen muchachos y usan jerga, en grupos de jóvenes con piercings y muchachas devotamente escotadas y de minifalda. Los buenos sacerdotes no se esfuerzan para que parezcan simpáticos y condenan las modas que ofenden a Nuestro Señor, como dijo Nuestra Señora en Fátima.
No busques a los buenos sacerdotes entre los que hacen sermones superficiales e ignorantes. Los buenos curas hablan poco. Hablan del cielo, rezan mucho y estudian, sobretodo rezan.
No busques a los buenos curas entre los modernos y adaptados al mundo, que organizan el baile y el carnaval de la parroquia. Los buenos curas son amantes de la cruz, penitentes y huyen de las diversiones mundanas.
No los busques entre los que aparecen y son nombrados para cuidar de las parroquias ricas y centrales. Los buenos curas están alejados en parroquias pobres y lejanas.
No los busques entre los famosos y prestigiados. Los buenos curas son odiados u olvidados por el mundo.
No busques a los buenos curas entre los que se visten como janotas, que tienen un buen coche y secretarias. Los buenos curas caminan a pie -- de modo evangélico -- usan apenas vestimenta negra y no tienen secretarias o mujeres “gerentes” de la iglesia.
No busques a los buenos curas entre aquellos que hacen campañas vistosas y filantrópicas. Búscalos entre los que rezan el rosario, sea en sus capillas pobres o caminando por las calles y que hacen caridad sin que necesiten altoparlantes.
Es muy difícil hoy, hallar un buen cura.
Por eso el pueblo está tan alejado de Dios.
Dice la sabiduría popular: Cura santo, pueblo piadoso. Cura piadoso, buen pueblo. Cura bueno, pueblo aceptable. Cura aceptable, pueblo tibio. Cura tibio, pueblo malo. Cura malo, pueblo corrupto. Cura corrupto, pueblo pésimo.
Mismo el pésimo Diógenes enseño algo útil: caminaba por las calles de Atenas con una vela encendida en las manos, al mediodía, buscando a un hombre. Hoy debemos caminar con una vela encendida en una de las manos y un rosario en la otra, buscando un buen cura.
Hoy, debemos caminar con un rosario en la mano pidiéndole a Dios que nos conceda santos sacerdotes.
Recemos por el clero. Recemos mucho por nuestro pobre clero. Que es clero. Que es, a pesar de todo, hecho de sacerdotes de Cristo, marcados con el sello sacerdotal en sus almas.
Recemos por el clero.
In Corde Jesu, semper,
Orlando Fedeli
Orlando Fedeli